La historia de la finca La Peracca nació de la pasión de nuestros abuelos Walter y Leopolda por una vida sana, auténtica con el objetivo de brindarles a sus hijos y nietos un lugar donde crecer juntos.
Por ello, en los años 50 adquirieron el cortijo que ahora cuidamos y que en aquella época todo el mundo llamaba "La Colonia".
De hecho, fue la señora Peracca quien transformó la casa en una colonia para niños con dificultades respiratorias, tras la trágica muerte de su hijo.
Muchas personas contribuyeron concretamente al mantenimiento de la casa, para que fuera un lugar hermoso y tranquilo. Su posición siempre lo ha convertido en un oasis en el que refrescar la mente, el alma y el cuerpo.
Unos años más tarde, nuestro padre Ettore desarrolló una pasión muy fuerte por la vida escondida en los procesos naturales: la agricultura, el encanto de algunos procesos naturales comenzó a fascinarlo a la edad de 13 años.
Así empezó a adentrarse en el mundo forestal, aprendiendo de su amigo Vittorio cómo talar árboles sin dañar el ecosistema para preparar leña.
Luego se apasiona por la producción de alimentos, sobre todo hortalizas: paralelamente a la docencia mantiene la actividad agrícola, produciendo hortalizas y cereales, luego se adentra en el mundo de las energías procedentes de fuentes renovables que profundiza en un doctorado en la Universidad de Turín y descubre las astillas de madera: astillas de madera que proceden de los residuos de poda y se utilizan como combustible. En los años 2000 plantó un pequeño bosque de avellanos en el terreno especialmente inclinado de un amigo de la familia, que le había pedido que mantuviera el terreno limpio.
La empresa agrícola siempre ha sido un "asunto de familia": de hecho, también Patrizia, la esposa de Ettore, también profesora, siempre ha contribuido concretamente al desarrollo de la empresa: desde la cosecha de patatas, hasta la educación de los niños, hasta el respeto por la naturaleza, hasta la implicación en nuevos proyectos vividos con atención e intuición.
La pasión contagia a los dos hijos de Ettore y Patrizia, Francesco y Elisabetta, que eligen seguir los pasos de su padre: Francesco en el sector maderero, aumentando la actividad con el diseño y mantenimiento de zonas verdes y jardines. Elisabetta en el ámbito alimentario, incrementando el cultivo de avellanas transformándolas en productos de confitería.
Corre el año 2011 y la granja familiar se convierte en la ocupación principal de Francesco y Elisabetta, así nació "La Peracca", un nombre que siempre ha abarcado todas las experiencias familiares.

Trabajar en equipo, en diferentes frentes pero con un único objetivo, la colaboración y la atención a los demás siempre han sido características de nuestra familia.
Inmediatamente comenzamos a colaborar con la Universidad de Turín, poniéndonos a disposición para acoger en prácticas a estudiantes de las facultades de Economía, Tecnologías de los Alimentos y Ciencias de la Comunicación.
Creemos que la colaboración con las personas que viven en la misma zona que nosotros es fundamental, por eso elegimos algunos socios para crear redes empresariales, gracias a las cuales podemos realizar importantes trabajos de reurbanización forestal.

En 2017 presentamos un proyecto de reforma de parte de la masía para construir un laboratorio de procesamiento de avellanas. ¡El proyecto es aprobado por el PSR y en 2018 inauguramos la nueva sede operativa!
Tenemos que arremangarnos y proponer buenas ideas para apoyar el proyecto, pero afortunadamente no nos faltan ganas de hacer cosas e ideas.
Desde 2020 hemos vivido, como muchas otras empresas, cambios muy fuertes, completamente inesperados, muy rápidos.
En las últimas décadas, el consumo de alimentos ha sufrido fuertes cambios, en referencia a la mejora del nivel de vida en "nuestra" parte del mundo.

El año 2021 afectó profundamente nuestro equilibrio familiar y interno, cuando falleció nuestro padre, Ettore. La columna vertebral se derrumbó sin previo aviso, pero no nos desanimamos, hoy estamos aquí para dar testimonio de lo que hemos aprendido junto a él para desarrollar mejor nuestras posibilidades.

Siempre hemos creído que sólo la colaboración, la sinergia y el networking construyen y sostienen el territorio:

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